viernes, 28 de enero de 2011

El modo en el que vemos el problema es el problema

¿Conoces la historia?, pues es la misma que tenemos todos los días con nuestros equipos, con nuestro jefe, con nuestros empleados, con nuestra pareja, con nuestros hijos…

Domingo por la mañana en el metro. La gente estaba tranquilamente sentada, leyendo el periódico, perdida en sus pensamientos o descansando con los ojos cerrados. La escena era tranquila y pacífica. Entonces, de pronto, entraron en el vagón un hombre y sus hijos. Los niños eran tan alborotadores e ingobernables que de inmediato se modificó todo el clima.
El hombre se sentó junto a mí y cerró los ojos, en apariencia ignorando y abstrayéndose de la situación. Los niños vociferaban de aquí para allá, arrojando objetos, incluso arrebatando los periódicos de la gente. Era muy molesto. Pero el hombre sentado junto a mí no hacía nada.
Resultaba difícil no sentirse irritado. Yo no podía creer que fuera tan insensible como para permitir que los chicos corrieran salvajemente, sin impedirlo ni asumir ninguna responsabilidad. Se veía que las otras personas que estaban allí se sentían igualmente irritadas. De modo que, finalmente, con lo que me parecía una paciencia y contención inusuales, me volví hacia él y le dije: «Señor, sus hijos están molestando a muchas personas. ¿No puede controlarlos un poco más?».
El hombre alzó los ojos como si sólo entonces hubiera tomado conciencia de la situación, y dijo con suavidad: «Oh, tiene razón. Supongo que yo tendría que hacer algo. Volvemos del hospital donde su madre ha muerto hace más o menos una hora. No sé qué pensar, y supongo que tampoco ellos saben cómo reaccionar».
¿Puede imaginar lo que sentí en ese momento? Mi paradigma cambió. De pronto vi las cosas de otro modo, y como las veía de otro modo, pensé de otra manera, sentí de otra manera, me comporté de otra manera. Mi irritación se desvaneció. Era innecesario que me preocupara por controlar mi actitud o mi conducta; mi corazón se había visto invadido por el dolor de aquel hombre. Libremente fluían sentimientos de simpatía y compasión. «¿Su esposa acaba de morir? Lo siento mucho... ¿Cómo ha sido? ¿Puedo hacer algo?» Todo cambió en un instante.

Te dejo el alegato final de la película "Tiempo de matar", es duro pero inspirador

domingo, 23 de enero de 2011

Programa de Cohesión de Equipos Directivos

Este es el programa que he desarrollado para 2011 y que me gustaría compartir contigo. No dejes escapar la oportunidad de convertir a tu equipo en un verdadero motor de tu empresa.

sábado, 15 de enero de 2011

Estar ilusionado & Ser un iluso

Hoy he leído una frase en un blog que me ha golpeado: "Hablando con la gente da la sensación de que lo mejor de este año sería que pasara cuanto antes...". Acabamos de comenzar el año y el balance que hagamos cuando finalice dependerá de nuestra actitud de hoy.

ILUSION es, en su acepción positiva, la alegría o felicidad que se experimenta con la posesión, contemplación o esperanza de algo. Cuando alguien da por visto el mundo se instala en el ya sé, y vive como si no pudiese hacer nada nuevo y así es donde la ilusión se hace algo improbable.


Tener una vida rutinaria y aburrida es tener una vida que no se alimenta de ilusiones o también podríamos llamarlas motivos de vivir: interesarse profundamente y apasionarse por algo, sentir, amar,  tener inquietud, afán, preocupación, impaciencia, esperanza... en definitiva desvivirse; que en su forma plena y positiva es tener ilusión.

Si hacemos nuestro trabajo con amor -y no olvidemos que el amor finaliza en personas- es porque nos olvidamos de nosotros mismos y de intereses utilitarios. Esto es desvivirse, tener ilusión. ¿Es tu trabajo, o la búsqueda del mismo, demasiado impersonal?, ¿se realiza por acumulación de materias e informaciones?, ¿importa más el resultado y el éxito que la realización?... así no sólo es muy difícil tener ilusión sino que además tu trabajo resultará intercambiable y no dejaras tu huella en el planeta.

Ante tanto pesimismo generalizado algunos prefieren no hacerse ilusiones y otros queremos estar llenos de ilusión y trabajar con pasión; eso sí sin voluntarismos inútiles.
¿Tú que eliges?.