lunes, 24 de octubre de 2011

La sonrisa


"Este restaurante lo empecé con Norma. Yo cocinaba y ella atendía, era una cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos por qué venía la gente. Ella decía que por la cocina y yo decía que por su atención. Es que Norma era una cosa... Ella sí que era la especialidad de la casa. Con esa sonrisa que tenía, ¡qué cartel luminoso! Imagínate, entraba la gente y se encontraba con esa pintura. Y ahí aparecía la Norma verdadera, más alegre, más luminosa. Y claro el cliente pasaba y creía que había entrado en el paraíso. Entonces ella pedía que la siguieran que les iba a llevar a la mejor mesa, y todos se lo creían, porque si ella te llevaba era la mejor mesa. Te hacía sentir como si fueses el único. Nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina, todos, mujeres, niños, hombres... se quedaban embobados mirándola. No sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma... Tenían miedo que no volviera... Y ahí los volvía a sorprender..."
De la pelicula El hijo de la novia (2001) de Juan José Campanella.

"...evidentemente, la sonrisa debe ser natural, sincera y no forzada (el cinismo está de moda), porque todo lo que no lleva el sello de la autenticidad, suele estar condenado al fracaso. Lo que triunfa son las sonrisas que nacen de lo hondo del corazón. Por ello, si tiene que seleccionar personal para su negocio, sobre todo si es de cara al público, busque personas que “sonrían por vocación“. Se puede enseñar a sonreír, claro sí, pero es mejor y más rápido rodearse de personas que lo hacen desde el convencimiento."
Francisco Alcaide Hernández

domingo, 23 de octubre de 2011

Sé tu mismo


Camina plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que puedes encontrar la paz en el silencio… Hasta donde sea posible trata de mantener buenas relaciones con el mundo…

Di tu verdad serena y claramente; y escucha a los demás. Incluso al torpe y al aburrido; ellos tienen también su propia verdad… Evita las personas ruidosas y agresivas, porque son malas para el espíritu…

Si te comparas con los demás, te volverás vanidoso y amargado, porque siempre habrá personas mejores y peores que tú… Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes…

Mantén el interés en tu propia carrera, por más humilde que ésta sea, es lo único verdadero que posees…

Se cauto en los negocios; porque el mundo está lleno de egoísmo, pero no permitas que esto te ciegue al punto de no ver que la virtud existe; muchas personas luchan por nobles ideales y en todas partes la vida está llena de heroísmo…

Sé tú mismo… En especial no finjas afecto… No seas cínico en el amor; porque a pesar de toda la aridez y desengaño, es tan perenne como la hierba…

Alimenta la fortaleza de tu espíritu para que te proteja ante la adversidad. No te atormentes con tu imaginación… Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad… Además de una sana disciplina, sé gentil contigo mismo.

Tú eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas… Tienes derecho a existir… Y aunque esté claro o no para ti, no dudes que el universo marcha como debe ser… Por lo tanto, debes estar en paz con Dios, no importando cuál sea tu idea de Él… Y cualesquiera que sean tus trabajos y aspiraciones, en la ruidosa confusión de la vida, mantén la paz con tu espíritu… Porque, a pesar de toda la hipocresía, del arduo trabajo y de todos los sueños fallidos, el mundo es todavía un lugar hermoso…

Sé alegre… Esfuérzate por ser feliz.

Max Ehrmann

viernes, 21 de octubre de 2011

Tener una vida bien vivida

Ayer conversaba con mi mujer sobre la necesidad de una real conciliación de la vida familiar y profesional, y recordé una historia que no sólo es mía sino de cualquier padre o madre:
"Un día mi mujer (o mi ex) me pide que salga antes del trabajo para recoger a uno de mis hijos del colegio porque ella no puede. Esa tarde lo llevé al parque, jugamos, caminamos, merendamos, lo bañé, le puse el pijama, le conté un cuento, lo acosté, lo arropé, lo besé y dije: ¡buenas noches hijo mío!.
Cuando estaba saliendo de su habitación me dijo: ¡papa, este ha sido el mejor día de mi vida!"
La realidad es que no habíamos ido a Disney ni le había comprado una play station, pero lo cierto es que las cosas pequeñas cuentan y tener una vida equilibrada no significa hacer cosas increíbles. Con pequeñas cosas, pero sin escondernos en los momentos de calidad como necia justificación de nuestra incompetencia, podemos transformar de forma radical la calidad de nuestras relaciones y así transformar la sociedad consiguiendo transformar la definición de éxito a "tener una vida bien vivida".

lunes, 17 de octubre de 2011

Formidable página sobre Talking Manager en LaVanguardia

¿Por qué hay miedo al cara a cara? - La Vanguardia