viernes, 8 de junio de 2012

El hombre boya



El fin de semana pasado estuve con un amigo que acaba de pasar unos días con su mujer y su hija visitando a su familia en Cuba.

Conocer la realidad cubana de la mano de un cubano que no tiene pelos en la lengua genera un doble efecto,  el primero es el desconsuelo de ver como los medios de comunicación se hacen cómplices de las corruptelas políticas al dar más cobertura informativa a los últimos escarceos amorosos de un o una don nadie, que a la lamentable realidad social a la que se enfrenta todos los días el pueblo cubano, o cualquier otro… El segundo efecto, que es el que me gusta, es la inyección de energía que genera el coraje, la valentía y el trabajo duro de tantos cubanos, que para sacar a su familia adelante hacen cosas sorprendentes.
Una excursión que puedes hacer si estas en Cuba es ir a visitar la barrera de coral y nadar entre millones de peces de colores. Para llegar hasta allí tienes que coger un catamarán y dirigirte a alta mar hasta llegar al punto exacto. Cuando vas en dicha embarcación la pregunta de los turistas cuando se aproximan es: -¿pero donde están los peces? La contestación suele ser: -¿Veis al hombre boya? Pues allí están…
Lo habitual en los turistas es pensar que tienen una baliza que señala el punto indicado, que al tener la forma de una silueta humana flotando en el agua, la denominan el hombre boya, pero lo sorprendente es que cuando llegan descubren que se trata de un hombre que tiene una tabla de surf y un traje de neopreno, que podrían ser del siglo pasado, además de una cámara de fotos sumergible. Una vez que los turistas entran en el agua, el hombre boya les hace fotos para que si quieren puedan tener un recuerdo de aquella experiencia.
La siguiente pregunta que hacen los turistas cuando regresan y se alejan en el catamarán del hombre boya es: ¿este hombre se queda aquí sólo flotando en el mar?...
Este hombre no está contratado por los hoteles que organizan la excursión, es autónomo, y por la mañana coge su tabla y su cámara de fotos y se adentra nadando hasta la barrera de coral. Allí permanece desde las 9:00 hasta las 15:00 esperando que vayan llegando los turistas, y si tiene suerte el último barco le deja que suba para evitar que tenga que volver a nado. Luego va a los hoteles donde se alojan los turistas y les ofrece las fotos por unos pocos dólares.
Esto me invita a sugerir:
1.- Si queremos saber que sucede tenemos que viajar, conocer gente y hablar con ellos… de los medios de comunicación olvídate.
  2.-Busca una foto que te recuerde al hombre boya y ponla en tu trabajo -aunque tu actual trabajo sea buscar trabajo- y cuando el cansancio, la rutina, la inexistencia de un equipo inspirador te llene de pensamientos negativos, piensa en él: EL HOMBRE BOYA